Casi todos los días suceden cosas que podrían enojarnos, molestarnos, irritarnos, agraviarnos, incomodarnos, frustrarnos u ofendernos. Y, ¿sabes qué es lo mejor que se puede hacer en la mayoría de esas situaciones?

Reírte.

¡En serio! Encontrar el humor en la vida es una excelente manera de evitar que te enojes o te desanimes. Es más, cuando te tropiezas y caes, ya sea de manera literal o metafórica, las personas por lo general no se ríen de ti si les ganas y te ríes de ti mismo primero.

El élder Jeffrey R. Holland enseñó: “Jesús encontró gozo y felicidad especiales en los niños, y recalcó que todos deberíamos ser como ellos: inocentes y puros, prestos para reír, amar y perdonar”.

Poder reírse de uno mismo o encontrar el humor en una situación puede ayudarte a lidiar mejor con los desafíos de la vida. El humor edificante (del tipo que no ofende ni avergüenza a los demás) puede servir para mejorar tu actitud, tus relaciones y tu salud. Como dice en la Biblia: “El corazón alegre hace bien como una buena medicina” (Proverbios 17:22).

No es apropiado reírse todo el tiempo, claro. Algunas cosas deben tratarse con seriedad y reverencia. Pero la mayoría de nosotros podríamos reírnos más a menudo de lo que lo hacemos y tratarnos con menos seriedad cuando las cosas van mal.

Fuente: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.